La Historia de Kool Thing

De oficinista con fiestas de fin de año, a vendedor de discos/libros/etc. con vértigo existencial

Siempre tuve claro que la música, la fotografía y las artes eran mi verdadera pasión. Pero como buen niño de los 80', generación X, crecí con la idea de que lo correcto era seguir el camino seguro: universidad, título, gran empresa, oficina con cafetera automática y fiestas de fin de año donde todos fingen ser amigos. Spoiler: lo hice, check, pero no duró para siempre, el molde se rompió. 

Después de años en esa rueda de hamster corporativa, llegó el plot twist: me despidieron. Y en vez de ver el vacío y que mi ego rompiera, vi una oportunidad (y también mucho vértigo, para qué mentir). Fue el empujón que necesitaba para dejar de postergar este proyecto, una idea que venía dándome vueltas desde hace décadas, casi tanto como los discos que colecciono desde el colegio, en esos lejanos fines de los 80’, (fui de los alucinaba al entrar a la "Feria del Disco", "Rolo Record" o la "Background").

Así nació Kool Thing. Y cuando digo "nació", quiero decir que yo hago absolutamente todo: es lo que en Chile llamamos "circo pobre", donde el mismo tipo que selecciona los discos, saca las fotos, responde los mensajes y empaca los pedidos, también se encarga de mantener este sitio funcionando (gracias a mi otra vida como ingeniero en informática y mis pitutos varios). No hay robots, ni respuestas automáticas, ni mensajes genéricos de “nuestro equipo se pondrá en contacto contigo”. Aquí el trato es directo, personal y sin humo empresarial de por medio.

Porque al final, esto no es solo un negocio. Es una manera de conectar con gente que ama la música, el coleccionismo y ese placer casi terapéutico de sostener algo real y tangible en un mundo donde todo es una suscripción. Si llegaste hasta acá, bienvenid@. Aquí hablamos el mismo idioma.